Hoy rescato una antigua entrada de Tuenti, de las mejores tres semanas de mi vida.
Un edificio presidiendo una ciudad. Una Miss que predica Libertad. Calles en las que perderte y no regresar jamás. Un parque que respira por todos. Una calle que ilumina la isla. Ardillas reticuladas que lanzan bellotas en perfecto estado. Café que no es café, sino agua cafeinada con una gota de leche. Musicales que incitan al sexo oral. Edificios que llegan más allá de donde alcanza la vista. Cataratas que se funden con un arcoiris. Alcantarillas que humean las 24 horas del día. Perritos calientes y pizza a las cuatro de la mañana. Compañías aéreas que te ceban. Habitaciones minúsculas donde moverse es tarea de ninjas. Gente vendiendo condones de Obama, para sentirte como la primera dama. Chinos que te venden Chaneles en pasillos lúgubres y oscuros. Chinas que te miran mal porque no les compras. Chinas que deciden no venderte tabaco, por la simple razón de NO CIGARR. Un puente donde poder estar siempre, y nunca cansarte de lo que ves. Kate Winslet huyendo de tres locos con paraguas. Viajes en autobús que se convierten en risas aseguradas. Moteles de carreteras donde ir si te divorcias o te busca la policía. Asesinos en serie que matan a ritmo de Bad Romance. Madrugadas en Queens fumando en las escaleras. Dormir en el metro y despertar preguntando por un sombrero que no existe. Perritos calientes y cerveza en Rudy's. Escuchar a Queen noche sí, y noche también. Tormentas espontáneas. Gritar PENE en cualquier momento o lugar, sin importar nada. Españolitos locos cantando en Times Square. Cantar en el metro como si no hubiera un mañana. Gasolineras que ofrecen servicio de manicura. Pianos gigantes donde tocar descalzos. Una ciudad inimaginable, donde vayas donde vayas, todo parece un sueño sacado de la mejor película. Gente maravillosa, fabulosa e inolvidable, con la que reir y disfrutar de cada segundo.
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