miércoles, 27 de julio de 2011

MicroBiografía I

Vivo en un pequeño apartamento del Green Village, de una sola habitación y con dos puertas para el baño. No hay muchos muebles, pero un gran sillón estampado preside la sala de estar. La ventana da a una pequeña calle siempre transitada, portal de mil y una historias que nunca verán la luz. Comparto piso con mi pequeña gata callejera, Sugar, que me recibe cada día en busca de alguna caricia. El resto del día, sin embargo, campa a sus anchas por los pocos metros cuadrados del apartamento, con una independencia digna de envidia.

Por las mañanas, camino al trabajo, compro café para llevar en el local judío de siempre; sabe que quiero café con leche y que tiene que echar tres cucharadas de azúcar. Regento una pequeña tienda de antigüedades a dos calles de casa, donde yo mismo me encargo de la restauración. No gano demasiado dinero, pero es suficiente para pagar el alquiler y alimentarnos Sugar y yo. De vez en cuando, consigo algún ingreso extra vendiendo algunas de mis historias a publicaciones de más o menos importancia.

Al menos tres veces por semana quedo con Michelle, vamos a una cafetería en Chelsea, donde hacen el mejor batido de frutas de la ciudad. De noche se unen Amy y Jack, bebemos cerveza hasta la madrugada, sólo cuando libro al día siguiente. Vuelvo a casa andando, disfrutando de las calles y saboreando un trozo de pizza, caigo en la cama sin deshacerla. Sugar no me pide caricias entonces, sabe que no podría dárselas. Cuando me quedo en casa, veo una película antigua en mi gran sillón estampado.

Me gusta mi vida, no necesito grandes lujos ni una abultada cuenta corriente. Necesito a mis amigos, me necesito a mí y, por supuesto, a Sugar.

1 comentario: